Iquique es una ciudad que sabe vivir la vida. Bordeando la
playa, frente los altos edificios blancos no te extrañará ver pasar un
deportivo descapotable por la costanera.
La zona franca que opera desde 1975 transformó a esta ciudad
en un centro de intercambio comercial con los países del Mercosur y el Asia
Pacífico, principalmente. Eso para grandes ligas, pero para el turista
aventurero es el Mall Zofri (Zona Franca) donde se pueden comprar desde
productos electrónicos, perfumes finos y licores, hasta extraños objetos
luminosos que nadie sabe para qué sirven. Y también todo tipo de vehículos.
Si no eres de los que incluyen el shopping en un tour,
puedes pasar el día frente al mar. La temperatura promedio anual es de 18°C, y
en un sector llamado “La península”, en medio de las playas Cavancha y Brava,
encontrarás muy buenos restaurantes donde preparan el auténtico mango sour.
Este fruto tropical de sabor cremoso es uno de los tesoros de la región.
En los oasis de Pica y Matilla, al sureste de Iquique, están
las plantaciones de esta fruta además de las de guayabas, naranjas, pomelos y
limones.
El circuito de Mamiña también es uno de los más recomendados
para conocer la precordillera. Incluye baños termales y sitios de valor
arqueológico.
Hacia la pampa, “oficinas salitreras” abandonadas, como la
de Humberstone, cuentan del pasado minero de la zona, con sus sacrificios y
placeres. También Pisagua, puerto salitrero que aún conserva edificios de la
época de oro de la explotación de este mineral.
En honor a la historia, Iquique también ha rescatando su
casco antiguo, de alto valor arquitectónico, y refaccionados museos. Sin duda,
es una ciudad para esa escapada que andas buscando.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario